jueves, julio 07, 2011

El cuerpo grita... lo que la boca calla


Me llegó este mensaje por e-mail y lo quiero compartir. Analicemos nuestros achaques para saber qué es lo que callamos y guardamos dentro de nosotros. Según el mensaje, esta es una reflexión de Nelson Torres, Doctor en Psiquiatría (UCV) y experto Psico-Neuro-Inmunolingüistica PNIL en Venezuela.
¡Bonito Día! ~Zuky


El cuerpo grita... lo que la boca calla

"La enfermedad es un conflicto entre la personalidad y el alma". Bach.

Muchas veces...
El resfrío "chorrea"
cuando el cuerpo no llora.
El dolor de garganta "tapona" cuando
no es posible comunicar las aflicciones.
El estómago arde cuando las rabias no consiguen salir.
La diabetes invade cuando la soledad duele.
El cuerpo engorda cuando la
insatisfacción aprieta.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan.
El corazón afloja cuando el sentido de la vida parece terminar.
La alergia aparece cuando el
perfeccionismo está intolerable.
Las uñas se quiebran cuando las defensas
están amenazadas.
El pecho aprieta cuando el orgullo esclaviza.

Tus articulaciones duelen cuando las tristezas te tensionan y contracturan.

La presión sube cuando el miedo aprisiona.
Las neurosis paralizan cuando el niño interior tiraniza.
La fiebre calienta cuando las defensas explotan las fronter
as de la inmunidad.
Las rodillas duelen cuando tu orgullo no se doblega.
El cáncer aparece cuando tus amarguras
te superan".
¿Y tus dolores callados? ¿Cómo
hablan en tu cuerpo?

La Enfermedad no es
mala, te avisa que te estás equivocando de camino.

Me parece bonito compartir este mensaje:

El camino a la felicidad no es recto. Existen curvas llamadas EQUIVOCACIONES, existen semáforos llamados AMIGOS, luces de precaución llamadas FAMILIA, y todo se logra si tienes: Una llanta de repuesto llamada DECISIÓN, un potente motor llamado AMOR, un buen seguro llamado FE, abundante combustible llamado PACIENCIA, pero sobre todo un experto conductor llamado DIOS.


"Pero en la angustia invocaron al Señor, y él los libró de sus tribulaciones: cambió el huracán en una brisa suave y se aplacaron las olas del mar; entonces se alegraron de aquella calma, y el Señor los condujo al puerto deseado." Salmos 107: 28-30

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